Poco a poco el grupo de tres se convirtió en cinco y después en siete, hasta llegar a lo que es hoy una pequeña hermandad de amantes de la cerveza, que los une un vinculo mas que amistoso, un vinculo que va mas allá de una excusa para tomar cerveza, un vinculo que aun nos hace estar allí para cada uno, unos lazos que son solo comparables a un culto religioso, aunque suene extraño.
Y si, aunque las mujeres nos separaran o la agenda no lo permitiera de una u otra siempre terminábamos allí, con los coleados, los adoptados, los futuros miembros y los miembros honorarios, pero siempre dispuestos a escuchar, a burlarse de ti y por supuesto a pedir otra cerveza.
Y es que esa es nuestra esencia, unir, compartir, reir y disfrutar de la compañía de los mejores amigos que la vida te puede dar.
Esta es mi manera de decirles que los quiero y que los extraño un montón.
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